Paul Finkenbinder, conocido como el Hermano Pablo, nació en Puerto Rico en el año 1921 de padres misioneros.
Creció hablando español e inglés, y el fuerte ambiente misionero de
sus primeros años formó el curso de su vida.Ese trasfondo espiritual
sirvió también de base para la formación de uno de los medios de
difusión masiva cristiana más extenso en toda Latinoamérica.Desde sus
primeros viajes en bestia de carga a remotas aldeas en la República de
El Salvador, hasta reuniones en las que ha predicado por toda la América
Latina con miles de concurrentes en teatros y estadios, la pasión de
presentar el evangelio de Cristo ha sido el sello distintivo del Hermano
Pablo.
Dios ha abierto muchas puertas para evangelizar a nuestro pueblo,
tales como la radio, la televisión, la prensa y las campañas
evangelísticas para alcanzar a un continente en crisis.
Diariamente el reto se multiplica con la alarmante influencia del
terrorismo, el rápido crecimiento de la población, y un futuro muy
inseguro.
La siembra
Dios llamó al Hermano Pablo al ministerio en 1938. Tenía apenas 17
años de edad. Al cumplir los 20, Dios le dio una esposa que ha sido su
fiel compañera de trabajo toda su vida. Cuando ambos tenían 22 fueron a
El Salvador, donde vivieron 21 años. Durante ese tiempo, en 1955, el
Hermano Pablo comenzó a comunicar el evangelio por la radio, y en el
transcurso de los años, por los medios de la televisión y la
prensa.Durante más de 65 años Dios ha dirigido los pasos del Hermano
Pablo y su esposa, Linda.
Su ministerio comenzó en 1942 en una pequeña misión hispana en Nuevo
México, y en noviembre de 1943 el Hermano Pablo y Linda, con su hijo
Paul Jr., se trasladaron a El Salvador.Durante sus primeros trece años
en El Salvador, el Hermano Pablo enseñó en Institutos Bíblicos, ministró
en iglesias, fungió como líder nacional de jóvenes y se desempeñó en
otras áreas de ministerio en El Salvador.En 1955, Dios le dio al Hermano
Pablo la visión para evangelizar a las masas por medio de la radio.
Desde entonces él ha utilizado toda herramienta posible–la radio, la
televisión, la prensa, campañas evangelísticas y eventos especiales–para
presentar el evangelio en todos los confines del mundo hispano.En 1960
el Hermano Pablo se valió del nuevo medio de la televisión para
presentar en forma dramatizada parábolas e historias de la Biblia. La
reacción fue tan asombrosa que lo llevó a producir seis películas
bíblicas que, hasta el día de hoy, se proyectan en todas partes.
En 1964 el Hermano Pablo y su familia se trasladaron a Costa Mesa,
California, donde establecieron la nueva sede de su ministerio. Después
de cuatro años en un estudio de grabación provisional en el garaje de su
casa, Dios proveyó un edificio para los estudios y las oficinas. Hoy se
envían los programas de radio y televisión y las columnas impresas a
más de 30 países del mundo.El Hermano Pablo ha recibido varios
reconocimientos. Entre ellos: un Certificado Honorífico de parte de la
Asociación Nacional de Películas Cristianas por «La mejor película
bíblica» (Elías y Baal).
La Asociación Religiosa de Prensa le concedió el Premio Ángel por «La
mejor radiodifusión cristiana en español». La Asociación Nacional de
Radiodifusores Cristianos le presentó una placa como premio por el
«Programa Hispano del Año», y la misma asociación lo condecoró por
«Servicio distinguido a Latinoamérica». Su nombre aparece en la primera
edición de «Quién es Quién en Religión» [Who's Who in Religion].
También ha recibido numerosos certificados y honores. En 1993 recibió
el título de Doctor en Divinidad «Honoris Causa» otorgado por Vanguard
University.La cosechaEstos son, sin lugar a dudas, días de una gran
cosecha en América Latina. La necesidad de llegarles a las masas con el
mensaje de Cristo es más apremiante hoy que lo que fue en 1942 cuando el
Hermano Pablo primero escuchó el llamado de Dios. Ahora nos esperan
oportunidades y retos que nadie hubiera creído posibles durante los días
iniciales de la siembra.En la última década del siglo 20 Dios levantó
una organización cristiana en América Latina denominada Confederación
Iberoamericana de Comunicadores y Medios Masivos Cristianos (COICOM).
Desde su inicio, sus dirigentes hispanos reconocieron el valor que
representa tener en su Junta de Referencia a un asesor de la talla del
Hermano Pablo. Resulta que estos líderes de COICOM llevan toda una vida
escuchando al Hermano Pablo en la radio, orgullosos de que él los ha
estado representando con un marcado énfasis en la excelencia de la
programación.
A ellos les pareció evidente que el Hermano Pablo tiene mucha
sabiduría y experiencia que aportar, las cuales pueden enriquecer la
vida de líderes clave en los medios de difusión cristianos. Por eso en
1996 el Comité Ejecutivo de COICOM les comunicó al Hermano Pablo y a su
esposa Linda que por decisión unánime los nombraban «Ministros
Embajadores de COICOM para Iberoamérica, con el propósito de que
ministren a los líderes del continente, y continúen siendo de
inspiración y desafío para las nuevas generaciones».Este apreciado
nombramiento confirmó y renovó la visión del Hermano Pablo de soltarse
de las ataduras de su horario restringido para poder viajar y ministrar
en público con mayor libertad. Así que les recomendó a los miembros de
su junta directiva que nombraran a Carlos Rey Stewart como Presidente de
la Asociación, y éstos le pidieron al Hermano Pablo que continuara como
Presidente de la Junta.
Hoy día el Hermano Pablo tiene la dicha de saber que su voz se sigue
escuchando por radio y televisión en más de 20 mil transmisiones por
semana (3800 veces al día) de UN MENSAJE A LA CONCIENCIA.
Por su parte, Carlos Rey tiene a su cargo la responsabilidad de la
administración cotidiana de la Asociación, y sigue grabando, como lo ha
hecho desde 1995, mensajes que tienen un marcado énfasis cultural
hispano. Durante los primeros años de estas ediciones especiales de UN
MENSAJE A LA CONCIENCIA en la serie «de nuestro puño y letra», el
Hermano Pablo mismo presentó a Carlos Rey como un comentarista con un
mensaje arraigado en nuestra herencia cultural iberoamericana. «Dios, en
su bondad, nos envió a Carlos Rey con Linda, su esposa, para tomar
nuestro lugar –comenta el Hermano Pablo–.
Ellos ahora encabezan el ministerio.»El Hermano Pablo se ha propuesto
seguir dictando conferencias y predicando en persona en todos los
países de Latinoamérica mientras le sea posible. Con estas palabras
reitera su resolución: «El ministro de Dios es ministro para toda la
vida.»La Asociación Hermano Pablo avanza con el apoyo de amigos y
hermanos que la respaldan con sus oraciones y sus donativos mensuales,
quienes así ayudan al Hermano Pablo a mantener los brazos en alto, y se
unen a él en su visión.
Con la ayuda de Dios y de estos fieles servidores, seguirá influyendo
de modo positivo en la vida de miles de personas que disfrutan a diario
de sus dinámicos MENSAJES A LA CONCIENCIA.Para familiarizarse con el
formato y el estilo de UN MENSAJE A LA CONCIENCIA, puede leer algunos
libretos en Mensajes. Nuestros devocionales en inglés Devotions son
mensajes como éstos, pero con algunas modificaciones destinadas a
lectores que ya son seguidores de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario